El demonio de un ángel.
-¿¡Por qué no me temes como todos los demas!? -. Grité con lagrimas en mis ojos, me odiaba, demasiado. -¡Jamás podría odiarte! -.Respondió con su voz más ronca y gruesa de lo normal mientras se me acercaba lentamente presionando su herida, se detuvo frente mió y me miro de una manera suave tratando de tranquilizarme. ...