Blakely "Blake" Brooks es una prolija patinadora artística. Damon Hunter es un aclamado jugador de hockey local. Luego de que su padre las deja sin nada, Blake y su madre se ven obligadas a mudarse a la única propiedad que aún poseen en la hermética ciudad de Wolf Lake, Canadá, donde todos saben tus secretos y los extraños no son bienvenidos. Cuando Blake conoce a Damon él parece el chico perfecto, pero luego de que las vacaciones han acabado se encuentra con una persona completamente distinta. Luego de haber mostrado interés en ella durante una fiesta junto al lago, ahora Damon la odia y se ha encargado de hacer su vida miserable durante todo el año escolar y se ha asegurado de que todos los demás estudiantes, leales al aclamado capitán del equipo de hockey, la odien de la misma forma. Blake aún no sabe cómo conciliar el chico que conoció durante las vacaciones y el monstruo que se ha asegurado de hacer su experiencia escolar un infierno. Su cabeza dice "corre" y su corazón dice "quédate". Blake sabe que está mal de mil formas diferentes desear a Damon, pero los pensamientos intrusivos sobre su némesis la acosan dormida y despierta. Ahora que el último año comienza, algo ha cambiado. Los ataques de Damon son más directos y sus insinuaciones más oscuras, y Blake se encuentra atrapada entre el chico que Damon podría ser y todos los placeres oscuros que le ofrece, y el chico que Damon es en realidad y el profundo e injustificado odio que siente por ella. Tampoco ayuda encontrárselo todos los días en la única pista de hielo de la ciudad Blake intentará que el último año no acabe con ella para concentrarse en el patinaje y poder clasificar a la competencia nacional que tanto anhela, pero en Wolf Lake, uno de los secretos mejor guardados es parte del pasado de la casa en donde ahora ella reside, un secreto que la conectará con Damon de la peor manera posible. Quizá su odio no es tan injustificado después de todo. ESTRENO: 1/08

Publicación 6 de mayo Por circunstancias del destino, Amanda y Nate, dos personas que no se soportan, se ven envueltas en una falsa relación, fingiendo ser novios. Fingiendo amor. Amanda Berrie se ha pasado prácticamente toda su vida fingiendo. Finge que no le importa el comportamiento de su madre. Finge que soporta a su hermano pequeño. Finge que no está enamorada de su ex novio. Finge que no odia a su "mejor" amiga. Finge que está feliz con su vida. Nate Lewis es un mimado. Nate Lewis siempre ha obtenido lo que ha querido sin hacer el mínimo esfuerzo. Nate Lewis piensa que no es importante para nadie. Pero Nate Lewis es también la primera persona con la que Amanda es Amanda, con la que no tiene que fingir. Y Amanda es la primera persona con la que Nate se siente especial, se siente alguien, se siente importante. ¿El problema? Porque siempre hay un problema... Ellos ya están fingiendo. Fingiendo amor. ************************************************ Obra registrada bajo el código 1601246325538 Queda prohibida su adaptación total o parcial.

Escrito por Luisa May Alcott; este libro sigue después de hombrecitos y con este se termina la saga de mujercitas.

Una muchacha anticuada, por Louisa May Alcott © 1870 «La vida de Polly Milton experimenta un cambio radical cuando abandona el ambiente rural en el que ha crecido para pasar una temporada con unos amigos en la ciudad. Su inocencia y sus sencillas costumbres avergüenzan a sus sofisticados amigos. Polly no es como ellos, aunque tampoco sabe si quiere serlo. ¿Podrá nuestra muchacha anticuada disfrutar de la excitante vida urbana y seguir siendo como es?»

¿Es éste mi nuevo niño? Me alegro mucho de verte aquí y deseo y espero que te encuentres satisfecho -dijo la señora, acariciando al muchachito, que se sintió conmovido. La señora no era bella; pero en el semblante, en las miradas, en el gesto, en los ademanes y en las inflexiones de. la voz, tenía algo muy difícil de describir, pero muy fácil de ver y sentir; algo atrayente, afectuoso, simpático, agradable; algo "alegre" como decían los sobrinos. La amable dama, acariciando a Nat, vio que temblaba, y se conmovió al notar la emoción del chico. -Yo soy -le dijo- mamá Bhaer; este señor es papá Bhaer...