Jade Callahan dijo que nunca tendría un novio, y ha tenido tres. Afirmó que nunca se embriagaría, y se acabó una botella de tequila cuando cumplió los dieciséis. Juró que nunca nadie la haría ver una película de romance, y su mejor amiga Eve la convenció. Aseguró que nunca se mudaría de Birmingham, y un departamento en Londres ya alquiló. Prometió que nunca tendría un jefe, y ahora tiene dos... A Jade le encanta desafiar al destino, es por eso que cuando su madre le insiste en que se debe casar, ella responde que eso nunca ocurrirá. Y cuando el caliente Philip Daellenbach se atraviesa en su camino, ella jura que entre ellos nunca nada resultará. Pero dicen que jamás digas nunca, ¿no es así? Portada realizada por @austrova

Los cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El príncipe encuentra a su princesa y la lleva en su corcel blanco a ver el amanecer por el resto de sus vidas. Pero ¿cuánto dura una vida? ¿Cien años o un día? No tuvo que luchar con dragones ni escalar la torre más alta, él encontró a su princesa en esa cama de hospital. No tenía cabello para arrojarlo por la ventana, solo una enorme sonrisa que le hacía soñar con su final feliz; pero su princesa no duró para vivir con él su «para siempre». ACLARACIÓN: Esta obra es un relato corto compuesto de frases y aforismos. No es una historia narrada por un niño. Todos los derechos reservados©