Asquerosamente adulta: la reina de la mala suerte.©
A pesar de sus veintidós años, se sentía estùpidamente inmadura. Vivía en un apartamentucho pequeño y descuidado, trabajaba doscientas horas en un bar de barrio y no podía quitarse de la cabeza... ¡esos estùpidos ojos azules! Le odiaba con todas sus ganas, y, a pesar de eso, sentía un deseo atroz por ese idiota redoma...
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