TheHost14
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En agosto de 1914, el estruendo de los cañones marcaron el final del mundo tal y como lo conocíamos, y empezó a dar forma al nuevo a costa de millones y millones de vidas. Jóvenes que eran hechizados por el heroísmo y romanticismo de la guerra terminaron siendo acribillados frente a las máquinas de matar industrializadas. La guerra había cambiado y con ello las viejas unidades de caballería fueron reemplazados por enormes carros de combate, el cielo se cubrió de aeroplanos de todos los tamaños, el gas venenoso asfixió a millares hombres y la ametralladora aniquiló sin piedad a cientos compañías sin apenas esfuerzo, la artillería de alta potencia no dejó un palmo de tierra sin destrozar: desfigurando y mutilando los cuerpos de millones de soldados. Se combatió en todo el mundo, marcando a una generación que posteriormente vería a sus hijos formar luchar en una Segunda Guerra Mundial.
Aún así, las últimas generaciones les han olvidado a causa de las brutalidad que tuvo la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo; éste es mi homenaje a todos aquellos hombres y mujeres que lucharon en "la guerra que acabaría con todas las guerras", a todos aquellos valientes que convivieron con la muerte, a todos aquellos caídos cuyo lugar de descanso es desconocido, a todos aquellos que se embarcaron en modernos vehículos arriesgándose a sufrir una muerte horrible, a todos aquellos que murieron a manos de los suyos y a todos aquellos que no se dejaron abrazar por la desesperación y el miedo.
Este es un homenaje en forma de historias individuales. Algunas de ellas serán ficticias, pero otras no y todas mostrarán la crudeza y brutalidad que fue la Primera Guerra Mundial con el máximo rigor histórico posible.
Dedicado a Vicente y May, que siempre han estado ahí.
Y a mi profesor de historia, don Ignacio, que siempre me permitió añadir contenidos durante las clases aunque fueran innecesarios para la asignatura.