En situaciones desesperadas en las que un detective consultor no quería nada para su cumpleaños, el ex militar terminó improvisando un regalo como el que él mismo había recibido por parte del genio. »Especie de continuación de "Feliz cumpleaños, John".

Porque se sentía como si lo que lo separaba de John fuesen océanos.

Sherlock estaba muy ocupado para saber y John muy atormentado para confesar. Ahora sólo quedaba no rendirse en el sueño, en la espera y en lo que era cierto. Ahora sólo quedaba esperar a que el destino se decidiera a darles una segunda oportunidad a este detective y este doctor que algún día habían hecho del 221B de Baker Street un hogar.

Ellos resuelven crímenes; el doctor escribe en su blog de ello, el detective olvida sus pantalones y yo hago relatos cortos de este par.

¿Qué sería de Sherlock Holmes sin John Watson y qué sería de John Watson sin Sherlock Holmes?

Esa noche ambos se habían desplazado por medio Londres tomados de la mano, mas no bajo las circunstancias que ellos hubiesen deseado. Aún así, esa noche realmente podían decir que juntos eran invencibles.

Estar en el palacio mental regularmente hacía que Sherlock se perdiera de algunas cosas a su alrededor; nada de mucha importancia. Sin embargo, había escogido el día incorrecto para permanecer inerte, y ahora tendría que arreglar su error.

La caída le dejó secuelas al pobre John, quien está aterrado de que Sherlock pueda volver a abandonarle de tal manera pero ahora para siempre; sin embargo, no hay por qué preocuparse, porque todo está bien, porque las almas gemelas nunca mueren.

Y quién lo iba a pensar, que después de ese primer baile se iban a enamorar.