Juguemos a ser del mismo mundo
Y todo empezó una mañana en Madrid. Cristina. Simpática, alegre, divertida, educada y sincera. Para él es mandona, grosera, salvaje, pobre y envidiosa. Lucas. Soñador, protector, sincero, optimista y cariñoso. Para ella es mujeriego, pijo, mimado, malcriado y caprichoso. Pero aún así; ella no puede estar más enamorada...