El jamás dejar tus cosas más íntimas en lugares inseguros es lo que aprenderá Yukine luego de un accidente al dejar su diario en un lugar demasiado expuesto. Sus sentimientos habían sido plasmados en unas palabras en aquel viejo cuaderno al que él nombró 'Diario'. Lo que no sabía era que el simple hecho de sentir podía cambiar el curso de su historia e incluso de sus amistades. ▪ Obra basada en el anime Noragami. ▪ Pareja: Yato y Yukine. ▪ Actualización: No muy seguidas (tengan paciencia, por favor) ▪ Capítulos de 1000 a 5000 palabras. ▪Escenas de violencia verbal y física. ▪ Lemon y Lime (sexo explícito y roces) ▪Si tengo errores de ortografía, lo lamento, dentro de un tiempo editaré la novela y corregiré todos los errores que se encuentren. ▪Al terminar la novela la editaré ciertos capítulos sin cambiar la trama. Cambiaré la narrativa de, más que nada, los primeros capítulos.

*OneShot* (YatoxYukine) Por un descuido de Hiyori, Yukine escucha sobre Sakura, la antigua Shinki de Yato. ¿Que causará esto en Yukine?

(Esto toma lugar despues de que Yukine casi se convirtiera en un Ayakashi , cuando él y Yato se encontraban viviendo en el cobertizo de Kofuku y Daikoku ). Era un dia igual que los otros, Yukine hacia los deberes que anteriormente Hiyori le había dejado, mientras que Yato se mantenía con su espalda recargada en el marco de la ventana mirando hacia fuera, Yukine trataba de concentrarse en los deberes pero su mente lo traicionaba ya que lo único que se venia a la mente era su Dios, Yato , recuerdos de lo que había pasado cuando lo estaban eximiendo de sus pecados , cuando no quiso liberarlo aún cuando estuviera altamente corrompido,como dijo con la poca fuerza que le quedaba su nombre. Sin darse cuenta dejo de escribir y su mirada estaba clavada en el cuaderno. -Yato.-Lo llamo sin despegar la mirada de el cuaderno... -Si quieres saber que pasa sigue leyendo este cute one shot-. -Portada hecha por mi -. Espero les guste.

Yukine no sabía cuando había llegado a sentirse tan protegido y tan a gusto en los brazos de Yato, pero lo hacía. Por eso no pudo evitar agarrar su camisa y aspirar su olor mientras la habitación se quedaba en silencio. Tal vez el que Yato se colara en su cama y le abrazara cada vez que tuviera la oportunidad tuviera algo que ver. Aunque ahora fuera de lo más natural para ambos.