De cazas, lobos y conejos
Se lo habían advertido, los conejos no podían entrar al bosque, tenían reglas y había roto cada una de ellas solo por sentir la curiosidad de esos ojos y esos colmillos radiantes que reflejaban la luna. Lo sé, se lo habían advertido, pero no podía evitar cada noche entrar al bosque y buscar al lobo que le había mordi...