Hace cinco minutos Derek permanecía con un severo tic en el ojo izquierdo, tal como lo decía el anuncio. -...Entonces, Santiago, lo dejo a tu cargo... -Sí.- Dijo sonriente el chico de cabello rubio y ojos celeste brillante. -...Y tú... -¡QUÉ NO SOY HOMOFÓBICO! -...Entonces- Dijo el chico-, toma-, y le dio un suave beso en la mejilla. -¡NO TE VUELVAS A ACERCAR A MÍ MARICÓN DE MIERDA! -...Nuevamente lo diré... -"Homofobia severa"- Interrumpió Santiago-, no te preocupes, yo me encargo. -Lo sé, lo sé...bien, Derek, las reglas ya te las sabes...bienvenido al club Conejo Rosa, te rehabilitaremos... -¡QUÉ NO SOY HOMOFÓBICO!- Repitió molesto. -Sí, sí, como digas...-dijeron sus acompañantes al unísono.

Adrew Johnson es un joven de 19 años que lleva una vida de alumno problema. No obstante, a pesar de sus constantes inasistencias a sus materias, mantiene un buen promedio... lo que capta la atención de su nuevo profesor de inglés; Christian Collins. Chris, intrigado por el comportamiento negativo de Andrew y su afán por mantener su "reputación" a pesar de su gran capacidad e inteligencia, decide averiguar qué es lo que le lleva a actuar de esa manera, viéndose envuelto en miles de situaciones de todo tipo que darán un giro de 180 a su vida. Todo comienza con un extraño pacto propuesto por nuestro protagonista, quien accede a revelarle de a poco sus motivos si Chris logra ganar su confianza, ¿y cómo? Volviéndose amigos cercanos. Pero tras un pequeño incidente, despierta en ambos un extraño e intenso sentimiento, ¿quién de los dos renunciará primero a su orgullo de macho?

-Quiero pedirte un favor ¿Está bien? – Su negro cabello le caía alborotado sobre la frente, haciéndome imposible verle el rostro. Así que nunca pude saber la cara que tenía en ese momento. -Lo que me pidas. – Contesté dándole un sorbo al jugo de naranja que sostenía entre mis manos. Cuando hube terminado, mordisquee la pajilla casi como si fuera un dulce, y luego aplasté la caja entre mis manos. -No te enamores de mí ¿De acuerdo? La caja se resbaló de entre mis dedos, y fue a dar contra el piso con un ruido que ni siquiera percibí ¿Era necesario hacerme eso? Sonreí y le di una palmadita en el hombro, y, tragándome esas ganas que tenía de abofetearlo y llorar, dije con tono burlón. -Como si fuera a hacer algo tan estúpido como enamorarme de ti.

Lo único que hacía Riley Harris a sus 16 años era jugar a los videojuegos. No tenía amigos y mucho menos novia. Debido a ello tampoco le gustaba salir mucho. No tenía vida social alguna. Y si eso no era poco... era acosado cada día en el instituto. Sus únicos mejores amigos eran los mangas y los videojuegos, especialmente, el juego ''ArkForce Online''. Siempre tenía el ordenador encendido solo para ArkForce Online. Allí su vida era perfecta a diferencia de su vida real. Riley, tenía miles de amigos, montones de ''novias'' y con su increíble poder y estrategias se había ganado el título del mejor jugador del juego. ArkForce Online, en definitiva, era todo lo que necesitaba. Su realidad virtual era todo lo que importaba... Hasta que por un grupo de trabajo escolar, Derek Patterson, el chico más popular de su escuela que contaba con un club de fans solo para él y quién era capitán del equipo de baloncesto de su instituto y también el que cada mañana le metía dentro de las taquillas. Red Waters, el chico más temido de la escuela, el rebelde sin causa y el que asesinaba con la mirada a Riley cada vez que pasaba cerca suyo, e Ian, su hermano, con el que no tenía mucha comunicación después de la muerte de sus padres, descubren que Riley es el jugador con el nombre de usuario ''RE:''. El mejor jugador del juego. Y al mismo tiempo, Riley, descubre que Derek, Red y Ian también juegan a ArkForce Online y que los cuatro ya se conocen desde hace mucho. A partir de ahí es cuando la vida online de Riley termina y pasa a ser una real.