El tiempo es algo que no podemos controlar, pero muchas veces este nos recompensa con una sorpresa, una que creíste haber perdido hace muchos años y jamas creíste volver a ver. Cuando esos ojos se encontraron de nuevo todo se desato.

«Willy...» dijo una vez esa voz rasposa con sus ojos oscuros y tenue sonrisa. «Sam...» respondió de manera monótona el chico de manos hábiles y fría presencia. El suave resonar de las cuerdas hacen eco. Su resonancia hace vibrar a quien escucha. Traslada el arte plasmado apto para los oídos. Con sonrisas incompletas, los mismos ojos oscuros encuentra fascinante la manera en la que se desenvuelve el pianista en la sombra de su habitación lo mira desde el ancho ventanal.

(Recuerdo) La casa está en silencio, salvo cuando grabo uno de mis gameplays. Los días pasan lentos, sin ninguna emoción. Me refugio en los videojuegos de día, y en la carretera durante mis noches de insomnio. ¿Cuando y por qué llegué a este punto? Tengo todo lo que imaginé de pequeño, un trabajo el cual me apasiona, un bonito coche y estoy en la ciudad donde soñé vivir mil veces...