Solo han pasado dos semanas desde que me mudé a una nueva ciudad , extraño mi casa , mi cama , mi familia. Lo ex.... Extraño mi vida. Pensé que sería perfecto este sola , pero no es así , aún me duele al recordarlo , pero "el tiempo todo lo cura" Bueno , de igual forma tengo que volver para dar mi examen y por fin recibir mi título. ¿el problema? Erick puede aparecer ¿el problema del problema? No estoy lista para verlo. ¿Por qué? Porque no se puede olvidar a alguien como él tan rápido , y lo peor de eso es que tampoco puedo evitar querer golpearlo por estar con otra chica el día en que lo fui a buscar. Son demasiadas cosas en poco tiempo , Son demasiados sentimientos en conflicto. Trabajo nuevo , jefes nuevos ,chicos nuevos , Scott , quien me ayudó bastante , lo podría considerar mi único amigo. ¿Que si me equivoqué? Quizás si , quizás no. Pero de todo se aprende , de mi relación fallida con Erick aprendí que. *Las personas cambian *que tenía unos ojos hermosos , una boca digan de ser comida a besos , los brazos más fuertes , firmes y suaves que existen , que.... Bueno , ¡ eso no ! Ven porque les digo que es muy pronto aún. Lo odio y lo amo o lo amo y lo odio , no se el orden exacto. Pero lo extraño. Derechos de autor reservados , prohibida la copia total o parcial de esta publicación.

EPÍLOGO Llegó Desdichado, andando descalzo por encima de la nieve. Al ver aquel desconocido personaje, tan lujosamente vestido, con el brillante yelmo adornado con plumas en la cabeza, quedó muy impresionado. La condesa dedicó su vida entera al ejercicio de las más nobles virtudes, destacando entre todas ellas la de la caridad. Desdichado creció junto a sus padres y se convirtió en un valeroso y honrado caballero, digno heredero del condado. Al cabo de muchos años, Genoveva contrajo una cruel enfermedad y murió rodeada de los suyos. Y cuenta la tradición que la cierva acompañó a Genoveva hasta la última morada. Una vez cerrada la tumba, se echó sobre la losa, sin que nadie consiguiera apartarla de allí. En vano se intentó hacerla comer. Días más tarde, alguien encontró en aquel sagrado lugar al fiel animal sin vida... Sigfrido ordenó levantar, a la memoria de Genoveva, un magnífico monumento de mármol blanco y, en homenaje a la fiel cierva, que había llevado hasta el fin, heroicamente