Lo que el mundo espera, y lo que en verdad arde por dentro Aleksandra ha vivido entre exigencias que no pidió, títulos que no buscó y una perfección que no eligió. Nieta de poder, hija de médicos, sobrina de un fantasma polaco que dejó huella en su carácter, aprendió a vivir cumpliendo... incluso cuando eso significaba olvidarse de sí misma. Pau ha aprendido a hablar con los pies, no con la boca. Futbolista prodigio, joven de mirada densa y pasos medidos, ha tenido que crecer demasiado pronto frente a un mundo que no perdona ni el error, ni el silencio. Lo aplauden todos. Lo escuchan pocos. Barcelona los cruzará. El amor los sacudirá. Pero cuando dos almas heridas se encuentran, no basta con quererse. Hay que aprender a sostenerse en medio del ruido... ...y a no perderse en los silencios.

Él lo tiene todo. Ella nunca ha tenido nada. Lo único que tienen en común es una mirada triste que una noche cualquiera se cruzará por causalidad. Desde ese día no querrán dejar de mirarse nunca. Pero, las cosas nunca son lo que queremos, verdad?

Con tan solo 11 años, Pau no puede evitar fijarse en esa melena pelirroja que la hace diferente a las demás. Emma, con 10 años, se siente atraída por los grandes ojos curiosos de Pau. Desde el primer momento ambos saben que serán mejores amigos para siempre, pero a medida que pasa el tiempo, ¿qué ocurrirá si esa amistad se convierte en algo más?

Dos ciudades. Dos historias. Un alma que tiene miedo a olvidar. Otra que le promete memorizarla.

Rocío Páez empieza a cansarse de que el compañero de su hermano no la tome enserio, ni que fuera un gol fantasma

Un día de Sant Jordi. Un chico en busca de un regalo para cumplir la tradición que acabará uniéndolo a una chica con nombre de flor que irónicamente trabaja en una floristería.

Aitana siempre ha vivido su pasión por el fútbol desde las gradas, siendo madridista de corazón en un entorno lleno de dificultades familiares y conflictos emocionales. Pau Cubarsi, en cambio, pisa el césped del Camp Nou como una joven promesa del FC Barcelona, aunque detrás de su aparente éxito deportivo se esconde un chico tímido e introspectivo, con dificultades para conectar socialmente fuera del campo. Cuando ambos coinciden en su último año de instituto en Barcelona, sus mundos opuestos colisionan. La rivalidad deportiva entre el Real Madrid y el Barça, que en un principio los distancia, poco a poco se convierte en el puente que los acerca. En medio del exigente y mediático ambiente del fútbol profesional español, Pau y Aitana descubrirán que, aunque proceden de realidades distintas, comparten más cosas de las que imaginan. Entre partidos decisivos, conflictos y revelaciones personales, Aitana empezará a cuestionar su fidelidad deportiva, transformándose lentamente en culé, mientras Pau encontrará en ella la fuerza para superar sus inseguridades. Juntos aprenderán que en el amor, al igual que en el fútbol, lo más valioso siempre es jugar en equipo.

Pau, el chico aplicado, empieza a odiar las actitudes rebeldes de su nueva compañera de asiento. Para Julia ir a clase es un aburrimiento, solo va porque sus padres le obligan, así que debe buscar algo que le entretenga y molestar al cerebrito parece algo muy divertido.

Kaia Alonso tiene 18 años, una mente táctica brillante y un apellido que pesa: es hija de Xabi Alonso, leyenda del fútbol y actual entrenador del Real Madrid. Pero ella no quiere ser recordada solo por su padre, así que, mientras estudia una carrera universitaria ligada al deporte, lo acompaña en su día a día para aprender todo lo que necesita para cumplir su sueño: ser entrenadora profesional. Pau Cubarsí, también de 18, ya es central titular del FC Barcelona. Es maduro, concentrado y silencioso, representa la nueva generación culé. No le interesa el show... hasta que una rueda de prensa lo pone en el centro de atención por algo más que su juego: Kaia Alonso, con sonrisa gélida, declara no saber quién es. La provocación no pasa desapercibida. La tensión entre ellos crece en cada encuentro, cada cruce de miradas, cada palabra disfrazada de diplomacia. Ambos son embajadores de Adidas, están destinados a enfrentarse y sienten una atracción que ni el escudo ni el orgullo pueden contener. Madrid y Barça. Táctica y defensa. Orgullo y deseo. Cuando el fútbol deja de ser solo un juego, el terreno de batalla es el corazón. Y esta vez, Kaia juega en territorio rival.