AuraFheryd
Compañeros destinados, era algo con lo que Satoru había crecido escuchando, todos hablaban de lo maravilloso que era tener a su compañero destinado, sin embargo nadie mencionaba que era imposible encontrarlo. Para un alpha era muy sencillo enlazarse con cualquier omega con el cual fueran físicamente compatibles.
Sus padres eran compañeros destinados, amaba ver a sus padres, pero cuando su madre falleció, odio la idea de tener a un compañero destinado, podía observar como la vida de su padre se iba apagando por no tener a su lado a su madre, empezó a creer que eso de los destinados era una forma de atar a dos personas haciéndolas completamente dependientes el uno del otro. Odiaba creer que su libre albedrío se vería afectado por alguien más, perdió el interés por encontrar a su destinado. En su lugar prefería gozar de poder pasar un buen rato con cualquier omega que le pareciera atractivo, no tenía por qué preocuparse, después de todo solo era diversión pasajera.
Las calles estaban tornadas de color carmesí y marrón los árboles ya habían desprendido la mayoría de sus hojas, Satoru estaba camino a casa, cuando un peculiar olor inundó sus fosas nasales jamás había olido algo tan agradable, era una fragancia dulce, sucumbido por sus instintos empezó a buscar el origen de aquel exquisito olor, no tardó mucho en encontrarlo pues frente el paso un pequeño, estaba jugando con su padre, cuando Satoru lo miró lo supo de inmediato era su compañero destinado.
No podía creer como aquel pequeño de cabellos rosados, podía ser tan adorable, su sonrisa tan angelical y aquellos bellos ojos color ámbar lo tenían aturdido, quería tenerlo para él, solo para él. Inconscientemente y guiado por sus instintos Satoru se acercaba al pequeño niño de 6 años,sin embargo antes de poder tocarlo cobró sentido en sí. Es solo un niño...