Segundo libro de la serie #GoodBoys. (Es un borrador viejo). Enigmático, mínimamente insolente, juicioso, perspicaz, incorregiblemente malhumorado e increíblemente apuesto. Una pesadilla en el campo y una estrella fuera de él; aquí te presento a Blake Hensley, el único jugador de fútbol americano que... odia el fútbol americano. También conocido como el número 31. Portada por: @DanyZarahi Tráiler oficial por: @Little-evil-soul #1 11/05/18 #2 31/03/18 #3 11/02/18

Tercer libro de la serie #GoodBoys. (Es un borrador viejo). Extravagante, visionario, perezoso, halagador, algo tramposo por naturaleza e indiscutiblemente encantador. Él es Jaden Ridsley, el único jugador de fútbol americano que, extrañamente, le teme al fútbol americano. Mejor conocido como el número 19. Portada por: @DanyZarahi

La Mordedura es un internado para metamórficos (personas capaces de convertirse en animales) de entre 15 y 18 años. Las habitaciones de los alumnos están en las cuatro torres: la Torre Norte, la Sur, la Este y la Oeste; cada una de las cuáles tiene sus propias reglas y normas que sólo saben los propios residentes. La Mordedura es como cualquier escuela normal con la diferencia de que existen clases en que se enseña cómo controlar la transformación además de otros trucos. Y, dentro de la misma escuela, existe la LQE (La Quinta Estrella), un grupo de alumnos con capacidades superiores que trabajan para la protección de los metamórficos tanto dentro del internado como fuera de él. Hatzar y Abiley Macavity, hermanas gemelas, empiezan su primer curso en la Mordedura con muchas ganas, pero las cosas serán más movidas de lo que esperaban... AVISO: Esta novela está registrada en Safecreative, no admito copias ni historias derivadas sin previo aviso ni mi visto bueno.

Y llegará un día en el que soñarás, y recordarás que cuando caían las hojas de abedul en ese pequeño prado, en ese momento en el que el cielo se reflejó sobre esos ojos castaños y el viento gritó su nombre, tú no eras la misma. Tu piel no era aquella cosa flácida y rosada que ahora te recubre; tu cuerpo no estaba desprotegido por la ausencia de pelaje. Eras un lobo; eras el invierno mismo, y los árboles se mecían con la brisa como si quisieran darte la bienvenida a casa. Pero ya no están. No hay bosque. No hay pelaje que te proteja del miedo. Aquellos ojos castaños son cosa del pasado. Al igual que tu manada. ¿Cómo se siente estar encerrado dentro de un cuerpo que no es el tuyo? ¿Cómo podrás seguir adelante cuando dentro de ti solo quieres gritar? Solo hay una solución: luchar para encontrar un modo de volver a casa.