Miranda vive su vida lo más plenamente posible a pesar de sus limitantes, intentando siempre dar siempre lo mejor de sí para sus dos tesoros, con los colores de la vida. James vive su vida lo más tranquilo posible a pesar de tenerlo todo, intentando olvidar su pasado encerrado en su vida solitaria, aburrida y gris. Dos mundos distantes en un mismo espacio. Ella es el día, él es la noche, y sus tesoros serán la tierra a la que ambos sobrecogen y protegen. Ella es una simple mesera, él es solamente el dueño del lugar. No puede ser tan malo.

Kate Carmody, Lady Cartwrigth, ha enviudado hace poco. Para ella no supondría un gran cambio en su vida a no ser que se considerara que era la tercera vez en la que su marido decidía morir de una manera en la que otros podían considerar sospechosa, pero en ésta ocasión piensa tomar las riendas de su destino y decidir quién será su cuarto esposo, el cual espera que sirva para algo más que para fumar y beber. Tras incorporarse a la sociedad para poder disfrutar de los placeres que ésta le ofrece, los rumores sobre ella no tardan en desatarse y apodarla La viuda negra, haciendo casi imposible que un candidato apropiado se le acerque....con buenas intenciones. El tiempo estipulado para encontrar el hombre idóneo se le acaba y el regreso de la única persona que puede frustrar sus planes, el tutor de su hermana, está cada vez más cerca. Vincent Holdford, regresa a Londres para hacerse cargo del legado que su padre le ha dejado tras su fallecimiento. Sabe que debe de contraer matrimonio y dar un heredero si quiere que su familia materna no se vea afectada por el egoísmo de su progenitor. Además, un pasado del que intenta desvincularse vuelve a cruzarse en su camino y tendrá que involucrarse de nuevo si quiere salvar a su mejor amigo. El odio hacia su padre y su última misión harán que sea muy difícil descubrir que la mujer a la que ha escogido como esposa no es lo que aparenta. ¿Podrán confiar el uno en el otro y superar las ideas preconcebidas?.