La oscuridad no es sinónimo de maldad. La gente no suele saber diferenciar entre ambos términos, y Syndra nunca entendió muy bien por que. Ella conocía bien el significado de las dos palabras y sabía que no había ninguna relación entre ellas. Ella era el ser mas oscuro, pero nunca consideró que su corazón estuviera sumido en la maldad. Siempre había estado sola, rodeada de oscuridad. Pero un día la luz llegó a ella, encarnada en una sombra tan oscura como su propia alma.

Al final, los asesinos resentidos, tienen una estupenda sensación de fracaso y derrota y de haber perdido el tiempo. Disfrutan del poder, de las armas afiladas, de tener una cuchilla en la mano, de decidir sobre los demás ciudadanos y humillarlos y darles golpes y empujarlos a la celda. Talon comprendió, con el hígado hecho pedazos, que era un bruto infeliz con el garrote en la mano. Pero ya tenía tanto temor que no podía soltarlo. Pero la conoció. Alguien que anhelaba lo que él no, alguien que buscaba lo que para él era habitual. Fue un atentado contra el destino. ¿Habría encontrado Talon algo más fundamental que su propio trabajo? ¿Podría su soberbia arrogancia redimir su pasado? ¿O sólo lo empeoraría?

¿Puede el silencio enamorar a una bestia? ¿Puede la música caldear el corazón más frio? ¿Puede el ser más egocéntrico amar a alguien que no sea el mismo? Y al mismo tiempo...¿Pueden quererse dos personas que no tienen absolutamente nada en común?