Cuando dicen que la vida es impredecible, en verdad es impredecible. No importa si tienes la habilidad para ver el futuro... O leer mentes. Todo eso realmente no importa porque cada persona controla un pequeño universo, que crea, se anexa o destruye otros pequeños, grandes universos. Entonces no importa lo que veamos, escuchemos o sintamos hoy, ahora mismo, porque todo puede cambiar de un momento a otro. Mi vida, por ejemplo, era como un cuento de hadas, hasta que me di cuenta que los cuentos de hadas no existen. Las novelas e historias existen para hacernos creer que hay algo más allá de lo que sucede, pero la verdad es que casi nunca es así. No siempre te encuentras con una aventura a la vuelta de la esquina, no siempre te enamoras de la persona ideal, o ésta de ti. No siempre hay finales felices. Yo soy una fiel creyente de las vidas felices con sombras de tristeza. El final solo es eso... Un final. Cuando una persona se me acerca, me mira, me dice algo y yo puedo ver más allá, es cuando me doy cuenta de que nada es lo que parece. Mi pequeño gran universo se limita a eso, a sólo ser mi pequeño gran universo. ¿Por qué alguien pensaría lo contrario? La vida va más allá del pensamiento de uno mismo. De eso estoy segura de la peor manera.

No digo que esto sea la verdad absoluta. Ni siquiera te voy a decir que mi filosofía sea una verdad en absoluto. Pero si mis experiencias te pueden servir, sólo con esa mínima posibilidad de que puedas aprender a superar tus problemas sin tener que pasar por los infiernos que he pasado yo,... me arriesgaré a escribir este libro, y a que tú lo leas, y lo malinterpretes si hace falta.