La más pequeña de las mellizas. De dulces y delicados cabellos rojizos ondulados. Un ojo gris como la niebla y el otro azul como el mar. Estaba tan herida, tan perdida, que jamás podría unir todas sus piezas. ¿Por qué? Si sólo tenía diez años, una niña como ella debía disfrutar su tierna infancia. Pero ella no podía, por Octavia. Era indefensa ante su melliza y no le gustaría cambiarlo. #12 Libro de la saga Lazos Enfermizos.

Era un enigma. Siempre demostraba sus sentimientos a la perfección, quizás eso la condenó. Sus sonrisas eran admiradas, sus lágrimas entendidas, el único problema era su extraña identidad, ¿quién era exactamente Hannelore Russtherford? Ni siquiera ella misma hubiera sido capaz de responder aquella pregunta, ya que, simplemente jamás pudo entenderse, comprender sus cambios de humor, sus sentimientos y ni hablar de sus pensamientos. ¿Eran reales? ¿De verdad podía sentirse feliz y al segundo triste? ¿Podría amar y odiar al mismo tiempo? #8 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

El proyecto Unic. Callado, tímido, pero con una inteligencia que sobrepasaba a la de muchos. Era la perfecta combinación entre Celesstine y Lucas, en cualquier categoría. Todos creían que sería un ángel con alas rotas. Todos creían que estaba roto. Pero nadie sabía que era él único de los hermanos que sabía de la existencia de un complot para lograr una mejor calidad de vida. Era una lástima que estuviera destinado a llevar a cabo tanta maldad y destrucción desde su nacimiento. #9 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

Rebelde, explosiva, llena de vida. Era la sexta hija, un verdadero desastre. Odiaba al perfecto de su hermano, él la quería por dañarlo. ¿Le gustaba hacer sufrir a los demás? No. Simplemente no se podía controlar. Apenas podía controlar a Brooke, el nombre que le había dado a la voz que escuchaba siempre, esa voz que sabía que estaba dentro de su cabeza. Ignorar y aceptar, es una difícil decisión cuando un hablante ficticio menciona la palabra "traición" cada vez que estás con tus padres. #6 Libro de la saga Lazos Enfermizos.

La hija del medio, la cual casi nadie ponía atención, nadie la escuchaba. Su parecido psicológico con su madre era increíble, incluso el parecido físico, por esa misma razón quiso tener el cabello celeste, ya que no quería ser llamada la copia pequeña de Celesstine otra vez. Jamás entenderás lo que significa el temor a la suciedad, si no recuerdas que todo este mundo está lleno de microbios que no podrás observar. #7 Libro de la Saga "Lazos Enfermizos".

Era uno de los serafines de Celesstine. Amaba demasiado a su pequeño de ojos zafiro. El único problema era... Que él se odiaba. Y odiaba a cualquiera que osará sentir algo por él. Gustaba de golpearse, dejaba su brazos y piernas con hematomas todo el tiempo. Lamentaba que su odio haya nacido del amor. Lamentaba autolecionarse. Pero él sentía que siempre había estado muerto. #5 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

El primero de los gemelos en nacer. El pequeño tímido de ojos grises que se transformó en un chico introvertido, distante y frío. Él era la nieve en una mañana de invierno. Él era la soledad. Él carecía de sentimientos. Él conocía el dolor. Pero no podía comunicarse con los demás. Se encerraba en su mundo. Se encerraba con su gemela. La arrastraba a vivir una vida excluida del mundo. Sin saber, que él estaba siendo arrastrado por el Autismo. #3 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

La primera hija, la segunda en nacer. La pequeña niña de cabellos rojizos y alborotados al igual que su madre. Ojos pardos y afables idénticos a los de su padre. Deseos impuros, cargados de envidia. Y un mal que no se quita, el síndrome de Electra. Condenada a enamorarse de su padre. A mantener una herida provocada del amor paternal. #2 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

El hijo mayor. La viva imagen de su padre y los ojos de su madre. Inteligente, generoso y preocupado por su familia. El único problema... Es que tenía el mal de Edipo. Sí, este gran chico estaba profundamente enamorado de su madre. #1 Libro de la saga "Lazos Enfermizos".

"Quién pensaría que una pequeña nalgada resultaría lo mejor que hecho en mi corta vida." Charleen solo quería sentir adrenalina y diversión por unos minutos. Cooper solo esperaba su hamburguesa.