Jamás pensé que pudiera conocerte aunque mi alma te buscaba desde hace tiempo, una búsqueda en la que sólo tú podías suplir todo lo que necesitaba. El día que te vi por primera vez fue algo inmediato lo que sentí, mi corazón de aceleró cuan motor de tren a toda marcha; era algo inexplicable pero estaba sucediendo. Cuando volteaste, casi me muero al verte; comenzamos hablar y cada mirada, gesto, sonrisa y palabra que decias me lo confirmaba. ¡Si, eras tú! Por fin te había encontrado. Pasaban los días y cada vez más sentía que ya te había conocido en algún momento, tal vez eramos grandes amigos o tal vez algo más. En una de nuestras "clases" me llamaste 'Senpai' y tú te hiciste llamar 'Kohai' fue inolvidable, no parabas de reír; me agradó mucho verte así. Me llena de orgullo todo tu proceso, vivo orgullosa de ti, de todo lo que haces, lo que dejaste de hacer y lo que harás. Jamás voy a olvidarte mi Kohai hermoso, espero que con el paso del tiempo nuestros lazos se fortalezcan, que todo perdure. Como te dije, soy pésima en esto; traté de escribir lo más importante, que quedara plasmado en estas hojas pero más me interesa que quede guardado en tu mente y tu corazón. Te quiero muchísimo. Eres solo mío, por siempre...