Serie Destrucción
2 stories
Su dulce debilidad © by TRomaldo
TRomaldo
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    Parts 40
Reece Wood no era un chico bueno pero tampoco era cruel. No bebía en exceso pero ello no significaba que no le gustara el alcohol. No fumaba en demasía y tampoco suponía que no le gustara la nicotina. No vivía de mujeres pero, por supuesto, no implicaba que no le gustaran ni un poco. Porque la verdad era que le encantaba. Amaba servirse a sí mismo y darse un par de trago de vez en cuando. Incluso le enloquecía disfrutar de la calentura que cuerpos calientes pudieran brindarle, observar a muchachas hermosas moverse encima suyo, casi de manera frenética. Besarlas y tocarlas le fascinaba de sobremanera. Sentirlas, esa era su adicción. Él solo era un chico más al que le gustaba divertirse cuando la conoció. A Reece, que le importara muy poco cualquiera que no fuera él mismo, de pronto tenía que ver por una chica ridícula e insignificante. Debía enseñar a la burla del instituto, a la diversión y maltrato de muchos, Amy Donovan, a ser alguien como él. Alguien digno y grande, no absurdo y despreciable como ella era. Y no porque quisiera, porque jamás se le hubiera cruzado por la cabeza involucrarse con alguien como ella, con una muchacha que no encajaba con él. Era cuestión de honor. Debía saldar una cuenta con Drake Donovan y esa era la manera de pagarle el inmenso favor que alguna vez le hizo. El problema surgió cuando, de pronto, cuidar de la pequeña e inocente cobriza se volvió casi una necesidad. Ella era su dulce debilidad y su más grande obsesión. QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA NOVELA.
AMBER © by TRomaldo
TRomaldo
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    Parts 49
Aaron Foster nunca supo en qué momento las cosas cambiaron con ella. Empezó siendo solo un juego para él, besos, toqueteos y pura diversión, nada más. Enamorarla y romperle el corazón, en realidad, le traía sin cuidado. ¿Qué iba a importarle aquella chica cuando tenía a muchas esperando detrás de ella? Así que no, lo que a Amber pudiera sucederle no le importaba en lo más mínimo mientras le diera lo que él quería. O al menos así debió ser. Porque no se suponía que las cosas entre ellos terminaran tan mal. Tampoco se suponía que sería ella quien acabaría con aquella relación cada vez más enfermiza. Y es que jamás pensó que él, Aaron Foster, perdería en su propio juego. Se había enamorado de Amber y ya no había vuelta atrás, no ahora que, al parecer, la había perdido para siempre. . Obra registrada y protegida con derechos de autor en el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI). Queda totalmente PROHIBIDA la copia y, adaptación total o parcial de la historia.