La misteriosa desaparición de la corona
Un día frío, la lluvia rozaba el vidrio del autobús que se dirigía a Madrid. Tras él había una jovencita muy linda, con los ojos del color del mismo mar y con el pelo ondulado y castaño. Ella era Graciela. Graciela visitaba la ciudad de Madrid con el propósito de ir a ver un museo, el Museo del Prado.