BELISUN
En el corazón de la pista de baile, al ritmo sensual de Rauw Alejandro, Aldo se deleita en la atención: todos miran a Aaron, su tesoro. Con una mezcla de lujuria y devoción, Aldo exhibe a su amante sabiendo que es deseado por todos, pero que solo le pertenece a él. Es un juego de miradas, control y la intensa declaración de que el deseo de todos es la posesión absoluta de uno solo.