alba reche y natalia lacunza son compañeras del colegio desde hace un año. nunca fueron amigas, y pocas veces se dirigieron la palabra pero una fiesta de último primer día de clases en plena cuarentena por el corona virus las unirá.

Alba Reche es propietaria de una prestigiosa clínica de fisioterapia en Madrid. Natalia Lacunza es una famosa cantante. La primera es pura luz, en el más amplio sentido de la palabra. La pena y la tristeza alimentan el alma de la segunda, sacando de ese pozo oscuro toda su inspiración y su talento. Dicen que, si encuentras la sala de los menesteres, te dará aquello que necesitas. Solo hay que empujar la puerta.

La academia de danza Galerian se había convertido en una de las más importantes del país, tanto por el alto nivel de exigencia como por la gran calidad de sus alumnos. Para Natalia Lacunza aquel lugar se había convertido en su hogar, pero la marcha de la que hasta ahora había sido la directora, pondrá todo su equilibrado mundo patas arriba. Alba Reche está acostumbrada a ver la vida a través del lente de su cámara. Desde que se trasladó a Madrid las cosas no le pueden ir mejor: estudia lo que le gusta, puede pasar más tiempo con su padre, está cerca de su maravilloso novio y sus amigos... Sin embargo, su burbuja de perfección explota con el encuentro - no muy agradable - que tiene con la bailarina estrella del Galerian, el nuevo negocio del que su padre se ha hecho co-propietario.

Han pasado cuatro años desde que Natalia Lacunza decidió comenzar su historia en otro lugar. La viralización de su primer single, firmado bajo el pseudónimo de "Eilan Bay", lanzó definitivamente su imagen pública y fue el precedente a todo lo que vino después: más música, conciertos, bailes, firmas, entrevistas... Pero es difícil asumir nuevas perspectivas de futuro cuando hay tantas cosas que te anclan al pasado, cosas de las que no puede ni quiere desprenderse. Alba Reche ha conseguido consolidarse como fotógrafa profesional, creando un sello propio a través de la crítica social implícita en sus exposiciones y de la fusión con su otra afición: el dibujo. Trabajar se había convertido en una buena vía de escape y su descontrol emocional había desaparecido por completo, pero los recuerdos seguían tan presentes en su memoria, que era casi imposible ignorarlos. * Continuación de Come Out And Play (COAP). Imprescindible leer la primera parte para entender la segunda.

A Natalia le encanta ser ordenada y precisa, le ayuda a tener bajo control su vida y evitar revivir dolores del pasado. Un día conoce a una chica despreocupada, aventurera y espontánea que le enseñará que la vida empezamos a disfrutarla cuando nos olvidamos de mirar el reloj y la agenda. "Adaptación" (a medias) de un libro, que pondré cuando acabemos el Fic. En realidad, NO va a seguir la misma trama que el libro, y los personajes tampoco van a ser iguales, pero el "concepto principal" sí va a ser el mismo. Imagino que ya lo iréis entendiendo.

Alba Reche sacaba la lengua cuando estaba concentrada, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía las pestañas tan largas que le rozaban los párpados cuando tenía los ojos abiertos, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía una constelación de lunares dibujada en su cuello, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche se empeña en ignorarme, en no dejarme entrar en su vida. Pero yo, que me la quiero comer a besos, sabía que nuestros caminos tenían que cruzarse. Y lo hicieron.

Dos jóvenes médicos vuelven a reencontrarse en su internado después de años, ambos con un presente muy diferente y un pasado sin superar.

¿Qué pasa cuando te das cuenta de que te estás enamorando de tú mejor amigo?

Las vidas de Alba y Natalia se cruzan en Madrid. ¿Casualidad o destino?

Alba siempre ha vivido inmersa en sus cuadros, su arte, sus pensamientos y su torpeza. Siempre sensible como un ser de luz, atrae cosas bonitas, entre ellas una nueva vida en la capital. Natalia nunca ha hablado demasiado de sí misma, sólo en canciones. Cansada de la vida en Madrid y de parecer fría, atrae un poco de luz a su vida para poder enseñar lo que lleva dentro. Una bonita casualidad que se encuentren en el camino.