ayservin
Monserrat no buscaba amor. Ni compañía, ni promesas envueltas en palabras bonitas. Solo quería sobrevivir al peso de lo que ya había perdido.
Había aprendido a estar sola... hasta que lo conoció a él.
No fue una historia de película. No hubo conquistas, ni clichés.
Solo una conversación inesperada, un encierro breve, y el alivio de sentirse escuchada.
Fue un amor sin grandilocuencias. Más real. Más suave.
Una pausa en medio del caos.
Un lugar seguro donde el corazón, por fin, pudo respirar.