Maiqueta_MKT
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Incluso la Muerte puede enamorarse... y liarla a lo grande.
¿Y si a la Parca eso de ser la muerte le queda grande? Lleva demasiados años solo. Está cansado de ir para arriba y para abajo en barca con seres que no paran de quejarse, de que quieren vivir más y bla, bla, bla...
Pero en su primera misión, le toca cortar el hilo de la humanidad a Rosalía, una niña pequeña. Una niña mofletuda, que en sus ojos ve inocencia y la bondad. Enternecido y confuso por esta nueva sensación, La Parca le perdona la vida.
Cree que así le ha salvado de tener que llevarla al inframundo, aunque al año siguiente, en el mismo día que debía haberla matado, vuelve a aparecer su nombre.
De este modo, La Parca, consigue por un día entrar en el mundo de los vivos y ver una vez al año a esa niña, que pasado el tiempo se convierte en una joven por la que el humilde siervo del inframundo empieza a tener sentimientos.