Emma es una chica que le encanta boxear y tras un terrible accidente deja el boxeo atrás. Ian, el vecino de atrás de Emma, es un chico que cada vez que puede apuesta. Por una apuesta que hace Ian con su mejor amigo pondrán en riesgo la vida de Emma, que después de mudarse a una de las residenciales más prestigiosas de su ciudad, encontrará un lugar de peleas ilegales donde ella participa para poder ganar dinero e irse lejos de su odiosa madre. Pero en sus planes nunca estuvo el amor y mucho menos la historia de su vida pasada... ¿Ian ganará la apuesta? ¿Emma logrará conseguir el dinero necesario para salir de su casa? o ¿Los dos terminaran enamorados dejando atrás sus objetivos principales? Novela completa en Dreame. (El Imperio Hudson). El link está en mi perfil.

Spencer aprenderá a lidiar con la tiranía de Bruce, que prometió hacerle la vida imposible el primer día de clase, y, mientras tanto, deberá aprender que no es buena idea enamorarse del enemigo. [LIBRO 01] El Diablo tiene los ojos verdes y el pelo rubio rojizo. Su mirada es fría y cruel y su sonrisa torcida. El Diablo no vive en el infierno, sino en una gran mansión. El Diablo no tiene miles de años, es un estudiante de instituto. Richroses es un instituto de prestigio conocido en todo Londres. Sólo los hijos de las familias más ricas acuden a él. Un centro privado regido de forma tirana por un mero estudiante: Bruce Rimes, el más poderoso económicamente y heredero de un gran imperio. No obstante, Spencer Turpin, una estudiante de clase media, consigue lo que no todos pueden: entrar a través de una beca. Los estudiantes de la élite no la acogen como deberían, en especial Bruce, que decide martirizarla y acosarla hasta que abandone. Pero Spencer no se dejará derrotar y plantará cara a la tiranía de Bruce. En él encontrará la misma sonrisa del Diablo, pero algo que no es capaz de percibir en su mirada. Una atracción fatal. _________________ Primera parte de la bilogía Richroses Contenido +18: violencia, drogas y sexo Prohibida su copia.

Un estallido me aseguró que había apretado el gatillo y en un par de segundos mi cuerpo se encontraba de rodillas sobre el suelo. Lleve una mano temblorosa a mi costado, sintiendo como de este comenzaba a salir un liquido y como un dolor insoportable recorría cada parte de mi cuerpo. El me había disparado.