Cualquier camino que tomen, los lleva a tomar una elección. Algunas elecciones pueden cambiarlo todo y cada momento del resto de tu vida depende de ellas. Obra registrada, prohibido cualquier copia o adaptación. Esta sin editar, un vez terminada empezaré a corregirla, perdón por algunas faltas de ortografía. Hecha por mi, lean y disfruten y si les gusta me encantaría ver que votan.

¿Quién iba a pensar que después de tantos años seguiría sintiendo cosas por ti? Fuiste mi primer amor, y ahora la vida nos da otra oportunidad.

| Serie Atracción #2 | Stella siempre había sido una chica curiosa y testaruda. No le gustaba dejar las cosas a medias o quedarse con la duda. No era estúpida. No se quedaba conforme con las "respuestas" que parecían tener la razón, y tampoco creía fácilmente lo que le decían. Básicamente ella tenía todo controlado. Lo único que le faltó recordar, era que no debía entrometerse en situaciones que ella ignoraba y desconocía. También olvidó dejarse llevar por la incertidumbre y el instinto que podría sentenciarla a ser una amenaza de sus propios pensamientos. En pocas palabras, tenía que ser astuta y no caer en la confusión, ya que era evidente que se arriesgaría a experimentar una perspectiva que jamás imaginó que fuera posible. Mucho menos una perspectiva en donde Zylen estaba involucrado. Miradas, conversaciones, miedo, asombro, intriga y preocupación; ese fue el resultado de la atracción que ella no pudo resistirse. Así que... ¿Serás capaz de resistirte a él? Porque Stella definitivamente no.

La vida de Dominic Armstrong siempre había sido un tormento. Durante su infancia y adolescencia tuvo muy mala relación con su padre, presenciaba la violencia con frecuencia a causa de su alcoholismo. Regresaba a casa ebrio y lleno de ira, comenzaba a golpear a su esposa sin razón alguna. Dominic intentaba apartarlo y atacarlo de la misma manera, pero su fuerza no era suficiente para detenerlo. Ahora con sus veintiún años de edad, seguía atormentándose por lo ocurrido. Se sentía responsable de que su madre estuviera muerta, si tan sólo hubiera llegado a tiempo ese día... Todo parecía estar perdido. Sin sentido. Sin motivación para seguir. Las únicas sensaciones que estaban en su mente era la injusticia, odio y desprecio hacia la vida. Sin embargo, esta serie de palabras se opacaron cuando se cruzó con una chica en una situación, aparentemente, insignificante. O al menos eso parecía.

Harry Stevens grita peligro en cada poro del cuerpo y no precisamente por las escandalosas cicatrices que lleva en el lado izquierdo de la cara. Es la clase de chico con el que no quieres involucrarte porque sabes, por sobre todas las cosas, que va a destrozarte. Es de la clase de hombre que guarda una cantidad aterradora de secretos lo suficientemente perturbadores como para hacer que quieras huir de él lo antes posible. Es de la clase de hombre que, pese a todo el odio y rencor acumulado que carga sobre los hombros, es capaz de hacerte tocar el cielo con un beso... Sé que no es de fiar. Sé que debo poner cuanta distancia sea posible entre él y yo porque su mundo acabará con el mío si no le pongo un punto final a lo que siento..., pero no puedo hacerlo. No puedo huir de él. No, cuando la oscuridad que vive dentro de él se disipa cuando está a mi alrededor. No, cuando lo amo del modo en el que lo hago... El ángel vino en forma de bestia y vino a salvarme. Quizás... -solo quizás- vino a acabar conmigo. » Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita por parte del autor, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total y/o parcial, adaptación, distribución, en cualquier medio impreso y/o digital de esta obra por cualquier medio o procedimiento. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©. Sam León, 2015.

Spencer aprenderá a lidiar con la tiranía de Bruce, que prometió hacerle la vida imposible el primer día de clase, y, mientras tanto, deberá aprender que no es buena idea enamorarse del enemigo. [LIBRO 01] El Diablo tiene los ojos verdes y el pelo rubio rojizo. Su mirada es fría y cruel y su sonrisa torcida. El Diablo no vive en el infierno, sino en una gran mansión. El Diablo no tiene miles de años, es un estudiante de instituto. Richroses es un instituto de prestigio conocido en todo Londres. Sólo los hijos de las familias más ricas acuden a él. Un centro privado regido de forma tirana por un mero estudiante: Bruce Rimes, el más poderoso económicamente y heredero de un gran imperio. No obstante, Spencer Turpin, una estudiante de clase media, consigue lo que no todos pueden: entrar a través de una beca. Los estudiantes de la élite no la acogen como deberían, en especial Bruce, que decide martirizarla y acosarla hasta que abandone. Pero Spencer no se dejará derrotar y plantará cara a la tiranía de Bruce. En él encontrará la misma sonrisa del Diablo, pero algo que no es capaz de percibir en su mirada. Una atracción fatal. _________________ Primera parte de la bilogía Richroses Contenido +18: violencia, drogas y sexo Prohibida su copia.

Un intruso llegó a mi vida causando problemas y despertando emociones. Por un momento pensé que tener a un chico sexy en casa sería una buena historia para contar, pero eso fue antes de que me diera cuenta de su actitud arrogante. Su prepotencia se notó desde que llegó, y sabía que no estaba de acuerdo de quedarse en éste lugar. La misma noche en que llegaron, le dije a mamá que me incomodaba su presencia. Me inspiraba desconfianza. Ella claramente ignoró mis quejas, mi padre también fue indiferente con mis comentarios.

-¿Acaso me sigues? - voltee furiosa hacia Ashton. Saque sus manos de mi cintura. -No- comenzó a jugar con un mechón de mi cabello- hace días que no te veía, y ahora estas así... Tan sexy. Acercó su boca a la mía, puse mi mano en su cara y la aleje. -Deberías dejarme en paz, ¿Acaso no es lo que querías? ¿Que este lejos de ti? ¿De tu vida?. -Eso es pura mierda, yo no te quiero lejos de mi vida, te quiero en mi vida. Conmigo Barbara, a mi lado. Sus palabras me dejaron inmóviles. -Dices cualquier cosa, a causa del alcohol. -¿No es que los borrachos y los niños dicen la verdad?- y esta vez, no sólo acercó su boca a la mía. Si no, que me beso.