Cuando eres una supermodelo engreída, prepotente y te crees superior a todo lo que te rodea. Pero decides subastar una cena en beneficencia, no esperas estar sentada frente a cinco titanes de hierro que te azotaran hasta que te vuelvas su sumisa. Cinco cambia formas a dragones que te llevaran a su guarida como su cautiva y trataran por todos los medios de guardarte para ellos solamente, como uno de sus tesoros, trataran de pulirla, de borrarle su chulería como sea. Cuando tu vida gira entorno a una cámara y te comes el mundo, un mundo de hombres que solo ansían tu cuerpo y el hecho de tu saberlo te vuelve fría y superficial con todo lo que te rodea. Esa era Enma, una súper acostumbrada a vivir la vida como quería, a mandar y recibir todo lo que quisiera al instante, acostumbrada a hacer lo que quería, hasta que cinco seres deciden secuestrarla y tratar de domesticarla a base de placenteros azotes y tocamientos indebidos.

Anne y Jay son muy buenas amigas desde la infancia, ambas crecían una al lado de la otra; por motivos, Anne y su familia dejan Londres para ir a vivir a Nueva York, ahí las dos amigas se separan. Jay se enamora y tiene dos hijas, después tiene a un hijo llamado Louis. Anne se enamora y tiene una hija, después tiene a un hijo llamado Harry. Unas vacaciones en Nueva York hacen que estas dos amigas vuelvan a encontrarse, se mantienen en comunicación constantemente. Tiempo después un "accidente" hace que Harry quede solo. Jay se entera del terrible suceso. Empieza a buscar al hijo ahora huérfano de Anne. Lo adopta. Harry empieza a conocer a Louis. Ambos viven en la misma casa, van al mismo colegio, tienen la misma atención, pero un sentimiento empieza a nacer dentro de uno de ellos, y de eso no se sabe si coincida también. Hay un accidente. Hay un amor. Hay un secuestro. Hay dudas. Hay descubrimientos... Y siempre hubo un secreto.