Habiendo jurado por mi vida y la de toda mi futura descendencia no hacer lo que estoy a punto de hacer, pido perdón. No puedo más, necesito contarlo. Tras tanto tiempo guardando un secreto que me descompone lenta y dolorosamente, siento la imperante necesidad de contarlo... Sé que esto no será la mejor manera de mantener mi salud mental, pero si mi libertad... tan poco merecida como disfrutada. No pudiendo recurrir a psicólogos, trataré de escribir en ti como si te trataras de una persona que me escucha, me comprende y me perdona. Por ello, permíteme que trate de reconstruir la historia como pueda, de manera que una vez terminada pueda guardarla en cualquier estantería una vez esté completada. Y así, superada y olvidada pueda continuar con mi vida.