Juro que eras pasajero
Samantha Hurt gritaba aventura en cada ángulo de su rostro, y no precisamente una aventura de campo en pleno verano a como muchos imaginaran. Sam Hurt era una jugadora. Sam no creía en las historias de amor. Ella prefería la ciencia, y sus creencias más fuertes se reducían a vivir la vida y disfrutar de sus placeres h...