Una noche de fiesta y un simple movimiento es lo único que se necesita para acabar con la vida de una simple chica desafortunada. one-shoot.

¿Qué harías si justo en tu habitación alguien fue asesinado? ¿Seguirías durmiendo tan tranquilamente? Billie tiene más que claro que su vida es normal y corriente, dentro de lo posible, pero no contaba con el simple detalle de que, un día como tantos otros, su mejor amigo le contaría una historia que lo cambiaría todo. O, bueno, al menos en parte. Justo en su casa, hace veinticinco años, un niño fue asesinado de la manera más cruel por un hombre del que ya nadie sabe nada. Lo peor es que los hechos ocurrieron en la habitación de Billie y que ella, desde que vive ahí, en el sótano de su gran casa, jamás ha notado nada raro. Al menos hasta ahora. Las cosas, tal y como las conoce, dejarán de ser lo que eran. El miedo palpitante, un fuerte olor a cigarro y un espectro, además de los problemas que conlleva formar parte de una familia como la suya, llevarán a Billie a replantearse si está del todo segura de que su vida es tan normal y corriente como creía. O incluso si, después de esto, seguirá existiendo tal vida.

Existe un lugar en el mundo por fuera de los meridianos y paralelos que nadie puede marcar sobre un mapa. Un lugar invisible que se ve por todos lados, cada vez con mayor frecuencia. Es la ciudad de las peores criaturas que ningún humano es capaz de imaginar. Es la ciudad de los demonios, de las sombras, de quienes tienen que huir para resguardarse del odio y del temor. Ellos son los guardianes de las rosas de los muertos. Son los únicos capaces de contar las historias que muchas mentes humanas se esfuerzan en olvidar. ¿Crees poder oírlas?

Los árboles de plástico sobre el escenario pueden decirnos que se trata de una obra de teatro, pero esto no es un sueño... es un mundo falso y medio muerto, donde las personas que quedan se ocultan en edificios y casas hechas de vidrio, se enamoran de la vista y de las cosas que los demás tienen en sus manos. Se las arrebatan y los perturban. En esta historia, nadie perdona, todos lloran y algunos gritan. Las cosas jamás se destruyen, sólo desaparecen. El plástico es más duro que la carne, y donde fue colocado se va a quedar... hasta que ya no quede nadie, de nuevo, en este lugar. . . Fotografía por Slevin Aaron. Edición por Rosa López.

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