Will es un joven universitario que cursa su tercer año en la carrera de Veterinaria, es un joven esforzado que vive solo y cubre sus propios gastos con pequeños trabajos temporales. Al parecer lleva la vida que cualquier otro joven llevaría, pero tiene un pequeño, no, un gran problema, es adicto al sexo. Suele acostarse con cualquier persona que se le cruze, sexo casual y sin sentimientos, pero todo cambia cuando conoce a Eliott, quién es el mejor amigo de su hermana menor. Por una mera casualidad ocurre un suceso que hace despertar los sentidos sexuales en Will hacia Eliott, en un comienzo solo buscaba placer en él, el cual no lo logra pero a medida que pasa el tiempo y y que comienza a conocerlo, va desarrollando sentimiento más verdaderos por este chico. ¿Será que igual que siempre solo quiere sexo?, ¿o quizás en verdad tenga fuerte sentimientos hacia Eliott?...

El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad. Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad. Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.