Querido, Caleb. Así empiezan las cartas, para el chico de los cigarrillos, ese que rara vez sonreía, el que a un lado de mi ventana siempre se encontraba, pero en algunas madrugadas escapaba de casa, por supuesto, yo rara vez sabía donde estaba, y más importante ¿por qué huía? ¿por qué escapaba? ¿podría yo ir con él? ...
No olvides aquello que sentiste cuando te rompieron el corazón por primera vez.
"Lo reconocieron al mirarse, en el ambiente podían sentir esa electricidad que los invitaba a estar juntos, sus cuerpos sentían la atracción por el otro, no podían negar que estaban destinados a grandes cosas juntos, después de todo... eran almas gemelas." TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. NO SE PERMITEN COPIAS NI ADAPT...