¿Quién eres? preguntó ladybug cuando el akuma estuvo purificado. -Solo soy un chico que desea proteger lo que mas le importa- extendió hacia ella un hermoso tulipán rojo mientras se inclinaba con galantería y elegancia, sin burla. Lady se aproximo y extendió levemente la mano para tomar aquel regalo, pero fue sorprendido por un rápido movimiento y en un segundo los labios de aquel chico de traje rojo estaban en su mejilla. - quiero proteger a mi musa.Quiero proteger sus secretos. Chat enfureció al instante mientras lady se tocaba la mejilla, alejándose completamente sorprendida ante aquel acto. Trato de atrapar al chico, pero este una vez más pareció ser demasiado astuto y brinco con sus manos en su cadera, burlándose del gato en la azotea. -En otra ocasión nos volveremos a encontrar.- dijo despidiéndose y alejándose entre los tejados. Ambos héroes estaban desconcertados: Ladybug no sabia de otros chicos como ella y Chat podían transformarse, pero sobretodo le desconcertaba que las palabras de aquel chico parecían dirigidas a ella. Por su parte, Chat noir se encontraba furioso ante el despliegue de confianza de aquel chico con su lady, pero sobre todo la osadía que había tenido de darle un beso y un tulipán, porque se mal no recordaba, esa flor en el lenguaje de las flores significaba una confesión de amor.

Fanfic MariChat; Miraculous Ladybug. Ladybug y Chat Noir peleaban como siempre para salvar a la humanidad. Esta vez, se trataba del "Imitador", que lograba que su objetivo obtuviese una copia de él mismo, exactamente igual, sólo que la copia era sólo en blanco y negro. Aunque la batalla hubiera terminado la copia, no desapareció, haciendo que Chat Noir tenga que cargar con él, sólo que... No contaba con que su copia se enamorara de Marinette.

Aún recuerdo cuando lo "Conocí" fuera de nuestros roles de héroes Era una noche de tormenta, y algo golpeo mi ventana fuertemente, al abrirla, ChatNoir cayo dentro de mi habitación noqueado, Tenía algo de sangre en su cabeza, así que como pude lo jale hacia dentro y cerré la ventana. Lo seque, y atendí su herida, que por suerte no fue nada de gravedad. El tonto chico fue golpeado por algo que iba volando debido a los fuertes vientos, y cayo noqueado justamente en mi ventana. desde entonces, nos hemos vuelto realmente cercanos