Desconocedora de que una sola persona pudiera cambiar su vida. Completamente ignorante de que su voz, su sonrisa, su olor o una simple caricia pudiese descolocar su propio mundo. Sin pensar en ningún momento en que ese alguien chocaría directamente contra su realidad de esa forma tan inesperada y por pura casualidad.
Micropartes de un joven amor. Cualquier coincidencia con la realidad es pura verdad.
«No es una historia de amor con un final feliz, ni mucho menos yo soy la princesa que fue rescatada por el apuesto príncipe de las garras de la malvada madrastra. Nuestra historia fue y es real, más real que esos ridículos cuentos de hadas. Un amor real que merece ser contado. Y eso es lo que haré». Cuando un amor es...