Todo comenzó un viernes trece
Estaba enamorada: el café de tus ojos me ilusionaba, anhelaba sentir las yemas de tus dedos acariciando mi rostro y sentir tu cuerpo junto al mío, abrazándome, sintiendo los latidos de tu corazón. Tenía mil razones para irme, sólo necesitaba una para quedarme. Y tú la destruiste. Preciosa portada hecha por un diseñado...