No tengo miedo
Estábamos frente al semáforo, que se mantenía en verde. Una moto se lanzaba enloquecida por la carretera. Edward, sin tiempo a frenar, la embestía, lanzando al conductor por los aires y haciéndolo rodar por el suelo. La moto dio varias vueltas antes de detenerse a más de veinte metros de distancia.