Un libro en el que se funden distintos relatos que fueron ilustrados por la inspiración de las musas. Relatos que salieron de los sentimientos más profundos que en ese momento experimentaba mi mente, y de los cuales se puede extraer mucho. Simplemente es un método de mostrar a otras personas los que para mi son mis mejores relatos. Cada uno tiene una extensión diferente y casi todos tienen ese toque oscuro y crudo que me caracteriza a la hora de escribir. Si decides adentrarte en este mar de letras sin rumbo, en el libro de las musas, que sea para disfrutar de la lectura y sumergirte en historias que, espero, te puedan conmover el corazón. Sin nada más que decir, disfruta de la lectura.

Dirás que lo tengo merecido, que advertencias me sobraron, y que el que juega con fuego siempre sale quemado. Cuando él nació, el sol le hizo reverencia, las aves cantaron a la vida, el día lo bendijo y el verano lo nombró su campeón. A mi me prohijó la noche, me besó la luna, y el invierno me marcó como suya. Él, creció rodeado de hermanos que se gozaban con sus poderes, yo tuve que ocultar los míos para sobrevivir. Sin habernos visto siquiera, aprendimos a odiarnos, la primera lección que se nos enseñó fue que la existencia de uno es la muerte del otro. Él es el calor del sol, la fuerza de la montaña y el verde de la tierra en un día de verano. Yo soy la ráfaga helada, el páramo desolado y el frío en una noche de invierno. Él es vida. Yo soy muerte. Él es verano, yo, invierno. Entonces, preguntarás, ¿por qué jugar con fuego? ¿Por qué o mejor dicho cómo terminé enamorándome de él?

Drev es un mercenario a sueldo, el mejor mercenario del mundo. Usa el fuego para quemar a quien se oponga. Pero debajo de todo esto hay una historia encerrada. Una historia que alejará a Drev de todo esto y lo obligará a revelarse contra sus superiores. Una historia que hará que todo un reino se ponga a los pies de Drev. Una historia que hará a Drev visitar tanto el mundo de los vivos como el mundo de los muerto.

Ninguno de ellos se esperaba semejante cosa, ninguno de ellos quería sufrir así. Todo vino demasiado rápido y no les dió tiempo a protegerse y asimilar lo sucedido. Pero eso no les hará quedarse parados de brazos cruzados, actuarán sin saber ni importar lo que les pasará, todo por la muerte de un amigo. Sergio junto con todos los demás de su grupo, aceptarán la decisión que, unidos, prometieron cumplir y se embarcarán en situaciones complicadas que deberán solucionar, sin ni siquiera saber dónde se estaban involucrando ni la seriedad del problema. Solo queriendo volver enteros a casa y lo más cuerdos posible.