El "Mira Costa Boarding School" nunca ha sido el sitio al que cualquier adolescente revolucionado habría deseado ir durante lo que todo el mundo llama los mejores años de sus vidas. Un sitio repleto de normas y de internos problemáticos, o, en algunos casos, especiales. Dicho de otra manera, la más agradable quizá, una escuela perfecta para corregir a tu hijo si tiene o ha tenido algún tipo de problema. El sitio en el que cambiarán su forma de actuar a partir de ejercicios correctivos, o cómo realmente es, el sitio donde le arruinarán la vida para siempre si pueden. Genial, ¿no? Eso pensaron los padres de Lydia Martin cuando la internaron en esta escuela, hará más de 2 años. ¿Qué mejor que disciplina para hacer de su niña una mujer hecha y derecha? ¿Por qué no meterla en este internado y librarse de ella 29 días al mes? Nada sería mejor que internarla allí en contra de sus deseos normalmente concedidos. Allí ingresarían a una adolescente rebelde y caprichosa, y de allí saldría una mujer con la cabeza bien amueblada, ideas claras, seguridad extrema y una vida cambiada. Lo que no supieron era que lo que iba a acontecer, o mejor dicho, quienes iban a acontecer cambiaría la vida de esta pelirroja y no de la manera que ellos habrían esperado.