Quererte para perderme entre líneas de papel.
Perderme para escribirte entre tintas de suicidas.
Escribirte para hablarme con palabras perseguidas.
Hablarme para recordarte en lejanas fantasías.
Éramos algo,
y a la vez nada.
Un constante ir y venir.
Estar y no estar.
Permanecer y desaparecer.
Él odiaba esperar.
Ella no hacía más que esperar (lo).