María José era una veinteañera dedicada a la fotografía, desde muy pequeña su gran pasión había sido capturar sus momentos favoritos en una cámara digital, su familia solía pensar que era solo una fase y en algún momento ella también lo creyó, hasta que a los 16 años cuando al graduarse de la escuela, decidió estudiar la carrera. Tres años después, ya con su título en mano comenzó a trabajar por su cuenta en eventos tales cómo: bodas, cumpleaños y celebraciones varias. Gracias a su excelente e impecable trabajo su agenda era muy ajetreada, si lograba tener dos días libres para su entorno social era una maravilla, sin embargo, a ella no le molestaba en absoluto ya que era lo que más le llenaba el alma hacer. Ella aún no lo sabía, pero gracias a esa pasión, conocería al que iba a ser el amor más desmesurado e inefable de su vida... Daniela. Daniela acababa de cumplir la mayoría de edad, era una joven adinerada y de muy buena familia, desde pequeña su gran hobby había sido el golf y era excelente en esgrima, estudiaba en una preparatoria privada y sus notas jamás bajaban del máximo, muy conocida y estimada por todo el que la rodeaba gracias a su carisma, personalidad y buen trato al que lo merecía. Era justa, responsable, sonriente, social y sí, bastante fiestera. Cada fin de semana su hogar se llenaba de cientos de personas, música a alto volumen y alcohol, sus fiestas eran por todo lo alto, no es de extrañarse que gracias a ellas el destino pondría en su camino a una fotógrafa que cambiaría todos sus planes. Eran solo unas desconocidas... sin embargo, y por más extraño que parezca, estaban destinadas a encontrarse... Y cuando lo hicieron, no hubo quien detuviese el gran cambio que se avecinaba. Sólo hizo falta eso; un encuentro. ┉┅━━━━━┅┉ Nota de la autora: Ésta historia NO está disponible para adaptaciones de ningún tipo.

-¿No quieres meterte en problemas conmigo? Su madre en su segunda luna de miel y su hermano preocupado por traer a su novia devuelta, las vacaciones de Sophie parecían todo menos interesantes. No quería que fuera un verano normal, después de todo sería el último verano libre antes de preocuparse por la universidad. Así que se le ocurrió la maravillosa idea de meterse en el maletero del auto de su padre e ir con él a una misión secreta del trabajo como agente de la CIA. Lo que nunca pasó por su cabeza sería que en ese viaje encontraría secretos sobre personas cercanas, viviría cosas inolvidables y sobre todo, encontraría el amor. Esta no es la típica historia romántica. No se dejen engañar por el nombre. Va a haber drama, revelaciones y acción.

Distinto: Que no es igual, no se parece o tiene otras características o cualidades. La sociedad siempre te juzga por tener gustos o no seguir los estándares de belleza a los que todos estamos acostumbrados. El caso de estos chicos es distinto. No estamos hablando de que son diferentes al resto, sus mentes son diferentes a la de los demás. Pero no son juzgados por la sociedad, son juzgados por el gobierno. Los encierran alejados de la humanidad con el pretexto de ayudarlos a controlar sus poderes. Pero en realidad el único fin de su aislamiento es estudiarlos y finalmente ejecutarlos porque los ven como una amenaza a la vida humana. Al enterarse de esto deciden huir de ese lugar, porque quieren mantener su vida a salvo y por otras razones más.

Tercer libro de Mi estúpido Niñero. -.-.-.-.-.-.-.-.-.- ¿Cómo de sonrisas y diversión pasamos a llantos y decepciones? Es increíble como la vida cambia en solo un segundo.

Cuando los padres de Samantha deciden irse de viaje, no tienen la peor idea que dejarla a cargo de Tyler, su nuevo niñero. Tyler y Sam son el agua el aceite, sin embargo, deberán aprender a lidiar con sus diferencias.

Segundo libro de Mi estúpido Niñero -.-.-.-.-.- ¿Recuerdan a Tyler? Bueno, el paso de ser mi estúpido niñero a ser mi estúpido novio. Como notaran lo estúpido sigue intacto, lo único que cambio fue nuestra relación. La cual, diablos, es demasiado difícil mantener teniendo en cuenta que los fantasmas del pasado de Tyler se hacen presentes y... de alguna manera los míos también. Pero eso no acaba aquí. Al parecer había algo que me estaba ocultando y no solo él. Sino también mi madre y mi... padre, si así se le puede llamar. Una vez más... Tyler Harrison, sinónimo de idiota. Y esta vez, mi estúpido novio. portada by: @EditorialSilverMoon