Umbral
Endeavor se aferra a desear no desear a su familia. Sabe que ha sido un mal padre y que esperar que sus hijos estén con él, mientras se recupera de su dura batalla, es una ironía absurda. Aún así, una noche en cama, mirando el marco de la puerta con su único ojo sano, le dan la bofetada de realidad: En un par de meses...