Opuestos
La onda se expandió por todo el lugar. Pude sentirla, la energía fluyendo a partir de mí; ahogándome, casi asfixiándome. El tiempo se enlenteció y pronto perdí el equilibrio, cayendo sobre mis rodillas. Todo comenzó a oscurecerse y no tardé en caer por completo al frío suelo, inconsciente. Lo último que recuerdo son...