Buscando salida
Mis manos temblaban, las lagrimas recorrían mis mejillas y mi respiración estaba tan agitada que temía causar algún tipo de ruido. Escuche sus pasos cerca de la habitación. ¡Se estaba acercando! Entonces... se escucho, Paso lo que tanto rogaba por que no sucediera, ya no podía hacer nada, la puerta ya estaba abierta...