En donde Sherlock se enamora de un cliente recurrente de la cafetería. *Teenlock* *Historia desde la perspectiva de Sherlock*

El sistema parece perfecto. Las estadísticas de crimen rozan el 0 %. Reina la paz más absoluta entre los ciudadanos. ¿Cuál es el secreto? Una vez al año, cualquier crimen es legal durante 12 horas. Es lo que se conoce como La Purga, noche de purificación. De negocios. De venganza. En medio del caos, un agente del gobierno de nivel 10 patrulla las calles en busca de armas de destrucción masiva, una de las pocas restricciones en noches como ésta. Pero no es eso lo que encuentra. Lo que encuentra es a un omega con una historia difícil de creer.

El esta triste. El quiere ser guapo. El quiere ser perfecto. El esta apunto de morir. II El quiere ser su felicidad. El esta loco por su belleza. El lo ama con sus problemas. El lo quiere salvar. Ellos sufren día a día con el mismo tormento.

Ante usted, señor Espejo, es ante quien debo soltar todo aquello que no puedo seguir cargando. Obra completamente original. Prohibida su copia o reproducción total o parcial. Contenido registrado en Safe Creative. Código de registro: 1801015251154

La incertidumbre de su naturaleza lo torturó hasta los quince años. Quería ser beta; la vida lo hizo omega. Y ahí fue donde todo cambió. Todo empezó. Inconformista, rebelde y poseedor de una fragancia que no cualquier alfa podría desear. Louis Tomlinson era distinto y el mundo parecía no estar listo para aceptarlo. Él tampoco pretendía hacerlo. Sin embargo, Harry Styles jamás pudo opinar lo mismo. Instinto, piel, aroma y sabores que sólo podían experimentar cuando estaban juntos; cuando estaban en celo. La historia de una vida donde la sociedad se divide en una jerarquía de condición animal. "En rut".

Louis no puede dormir, sufre de insomnio, pero eso cambia cuando Harry le canta.

❝Nunca me di cuenta del daño que te causé hasta que te fuiste. Y me arrepiento. Y te necesito. Y lo siento.❞ arte: Mujer joven pintando por Marie-Denise Villers, 1801

Los ojos del abuelo siempre brillan, excepto cuando le preguntamos por el chico del portarretratos.