En una gran metrópolis gobernada por máquinas, ha sido neutralizado el Sr. Kindred, uno de los cíborgs más antiguos y reconocidos. El detective Orwell, androide de clase S, es contratado por su mujer para descubrir si se trata de un caso de «roboticidio». Sin embargo es imposible, pues las Leyes de la Robótica impiden expresamente que se lleven a cabo estas prácticas. ¿Acaso alguien ha conseguido trascender por encima de su programación para realizar un acto tan ilógico? ¿O tal vez, como proclaman las fuerzas del orden, se trata de un simple accidente? A través de su investigación se descubrirá que hay mucho más de lo que parece: corrupción, desprogramación, clasismo, noir,... un mundo tecnológico que hereda los vicios de una vieja humanidad después de su ocaso, para tratar de hallar lo inalcanzable. Relato presentado para el concurso «Desafío Sci-Fi» de Wattpad. #DesafíoSciFi #CienciaFicción.

Sola y sin recuerdos. Así es como Ro despierta. Sin embargo, todas las respuestas que necesita se encuentran contenidas en una carta dirigida a ella. Una carta que narra su pasado. Una historia que evoca sonrisas infantiles, sueños inocentes, promesas juveniles y responsabilidades ineludibles. Una familia de un linaje extenso, bendiciones sobrenaturales y una figura enigmática que aparece constantemente. Un pasado ensombrecido por el velo de un secreto oscuro. Por una travesía en pos de descifrar verdades ignotas y siniestras, y también, que busca cumplir una promesa. Pues su vida sería muy distinta de no haber sido marcada de forma irremediable por un elusivo y misterioso personaje: el boticario de las almas perdidas.

Saben que nada bueno pasa cerca de este bosque, y que su llegada es solo un augurio de las peores catástrofes. Saben que dentro de este bosque habitan criaturas de cuentos, de libros antiguos. Saben que una magia extraña lo rodea, y lo hace crecer en todas direcciones, llegando a todos los lugares tarde o temprano. Lo saben, y por eso huyen. Pero siempre hay alguien que es atrapado por el bosque, y nunca más se vuelve a saber de él. Todos han oído hablar de él. Todos han contado historias o han escuchado historias entorno al fuego con la voz quebrada del miedo. Incluso los más valientes, susurran entre temblores su nombre en las noches de pesadillas y malos sueños: El Bosque Eterno.

Había una vez cuatro hermanas ellas vieron que al mundo le hacía falta algo. Antes, según la leyenda, el mundo se dividía en partes y en cada parte haría una estación. Las cuatro hermanas sintieron que estas estaciones deberían ser compartidas, que todos merecían saber cómo se sentían las diferentes épocas. La más pequeña, hiperactiva y caprichosa de todas, escogió la primavera, ella se encargaría de llevar a todas partes los olores y la armonía de dicha estación. El verano seria aquella alegre, cálida y risueña. La que fuera capaz de llevar el calor y la vitalidad a todos los lugares. Después vino el otoño, aquella hermana pensó que todos debían tener la capacidad de soñar, enmendarse y de mejorar. Ella lo llevo a todos los rincones. Al final vino el invierno... el invierno era frío, cruel y despiadado. Cerrando los ojos ante el sufrimiento. Cuando el invierno llegaba las demás hermanas se ocultaban. Así sucedió. Así lo dicta la leyenda. Así funciona el mundo. Fue así como decidieron que el invierno debía tener corazón de hielo. Mi nombre es Hanna, y yo soy el invierno.