Ya nada volverá a ser igual. Como sería tu vida, si la ciudad en la que vives es arrasada por una explosión nuclear y tu eres el único superviviente...

Todos guardamos infortunios e injusticias en los bolsillos; son nuestro alegato cuando queremos culpar a la vida, pero ¿Qué tan bueno es aferrarnos a tener una bodega de las ofensas?

No es un ejemplo ni una solución, pero a Ana no se le ocurrió otra forma en la que sacar a su hija del horror que ella misma tenía por vida. No os detengáis a pensar si el real no imaginario ¿a caso importa? Aunque, también puedes hacer tus apuestas.

Un amor prohibido, un ángel y un humano ¿Cuanto puedes sacrificar por amor?