Vida peligrosa. Así podríamos definir la vida de Carlos Marco, un joven de diecisiete años empeñado en descubrir todos y cada uno de los secretos de su compañero de pupitre en literatura. Pero eso lo expone a un mundo diferente al que está acostumbrado. Un mundo donde reina el rencor y la avaricia, donde se le da mas importancia al sexo que al propio cariño, donde matan a inocentes simplemente por diversión. Dicen que la curiosidad mató al gato, ¿se acabará haciendo real este refrán? •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Queda totalmente prohibida la copia o adaptación de esta historia. *Esta novela contiene escenas homosexuales, sí crees que pueden dañar tu sensibilidad te aconsejo que no continúes leyendo*

Carlos Pérez Marco, un chico de lo más normal, risueño, gracioso, amigable; y Blas Cantó Moreno, un chico un poco menos normal, misterioso, serio;pero, a su vez había algo que llamaba mucho la atención, su piel tan blanca, sus ojos azules como el mar cristalino; que, en ciertas situaciones se tornan a un color oscuro, contrastaban con su cabello negro junto con su barba. Con esa apariencia llegaba a intimidar a mucha de las personas con las que se encontraba; ¿la verdad? tenía muy pocos amigos que no fueran como él; pero, un día cambió, cuando Carlos conoció a Blas le llamó mucho la atención, hasta cierto punto donde descubrirá su secreto. ¿ por las buenas o a las malas? ¿qué pasará después entre ellos? ¿cambiara algo?

Carlos Marco, componente de Auryn está viviendo su sueño. Su música gusta en muchos lugares y su cuarto disco, Ghost Town, está a punto de salir al mercado. Las cosas cada vez le van mejor pero... ¿y si todo cambia? ¿Sabrá aceptar los nuevos "cambios"? ¿Repercutirán en la carrera de Auryn?

Nadie esperaba lo que estaba a punto de ocurrir.

Está bien entrar en el coro de la iglesia cuando tienes doce años. Y vale, incluso está bien continuar en él con dieciséis. Con veinte, que te pongan de maestro de canto religioso es hasta aceptable. A no ser que tengas vigilándote a un cura homófobo y que tu madre, también homófoba, bendiga la mesa cada noche dando gracias a que eres así. Pero es que Blas no es así. En el décimo aniversario de su entrada al coro, o a la secta religiosa que en la que están sus familiares más cercanos, comprendió de malas maneras que le pone más cachondo mirarle el culo a su mejor amigo que el que su novia le meta mano. Y, ojo al drama, su madre odia a su novia. Y se piensa que llegará virgen al matrimonio. Y también piensa que no tiene fantasías sexuales, solo el que es su deber reproducirse y conservar esta bella especie humana. Sus fantasías sexuales son con un chico. Y el cura, que resulta ser su tío, dice que eso es pecado. Así que, no le queda más que rezar, que Dios nos pille confesados.'