Hay cinco cosas que vuelven loco a Jungkook. 1: La forma en la que el rostro inocente de Taehyung se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2: Cómo Taehyung desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3: Como Taehyung se resiste cuando él lo retiene contra la pared de la cocina. 4: Como Taehyung tiembla cuando siente su aliento cerca a su rostro. 5: La forma en la que sus finos y vírgenes labios negándose le resultan tan malditamente provocativos. Porque aunque Kim Taehyung sea un simple empleado doméstico y él sea el sea el adinerado dueño de la compañía Jeon Jungkook no piensa detenerse hasta conseguir lo que su cuerpo busca. Y lo que su cuerpo busca solo tiene un nombre: Taehyung.

JungKook y Taehyung se odian a muerte. Son los típicos nerds que compiten por quien tiene la nota más alta. Con la diferencia que Taehyung es tímido, pero cuando ve a Kook se saca de quicio; y JungKook el típico chico problemático, que cuando ve a Tae se le duplica la estupidez. Pero alguien se mete en medio de la revoltosa relación y hace de ellos un lío de emociones.